7 Niveles de Conciencia Parte 2
- Belén Mata Casa TH Transformación Holística
- 16 feb 2017
- 6 Min. de lectura

TERCER NIVEL
En este nivel, tiene el éxito como medida de bondad, y la pobreza, como signo de no crecimiento, porque aún se cree en este nivel, que quien es bueno tiene la recompensa.
La reflexión es: ¿Cómo sigo siendo merecedor de todo lo que tengo y cómo llegar al SI MISMO sin perderlo?
Otra reflexión es: "No debo sentir culpa por lo que tengo. Ya que Dios me lo ha mandado, debo disfrutar de todo esto. Pero, también debo ocuparme de mi alma.
Si doy gracias a Dios todos los días por lo que tengo, no me lo van a quitar". La manipulación emocional es: "Yo hago buen uso de lo que me dan, pues lo he adquirido para mi familia, lo tengo para la comodidad de ellos, con esto no le hago mal ni daño a nadie. Lo necesito, me agrada y por lo tanto, no va en contra de una vida perfecta. Es la etapa del gran optimismo del ego, de la gran realización del ego y de la mejor relación con Dios. No sabe aún, que aquello que le brinda tanta seguridad, será su máxima inseguridad y las bases para sus mayores temores.
Continuando en este nivel, vemos cómo la persona desea tener cada vez más placer, más dinero y se va desarrollando mucho más miedo, sutilmente, sin que se perciba siquiera en qué se ha envuelto.
Si quisiéramos hacerlo reflexionar, le diríamos que verifique cómo el placer y el dolor son lo mismo y que, al quedar atrapado en el nivel de la densidad, se está moviendo el péndulo de la dualidad, y seguramente algún día, sabrá que aún está enredado en el encuentro con su Divina Presencia. En esta etapa, ya admite, intelectualmente, que tiene que vivir la muerte del ego.
En algún paso de la reflexión, el hombre cierra los ojos, medita, respira y cree que debe hacer algunos cambios. Siente deseos de estar más quieto, siente que la mente debe aquietarse, que debe ocuparse más por ser, que por hacer. Desea comunicarse más con su Ser. Se desapega de lo que menos desea; se vuelve más calmado, menos compulsivo en el tener, es menos exigente, trata de sacar más espacio para el silencio; quiere aprender a meditar porque cree que funciona. Ya alcanza a percibir que la fortuna y el éxito no traen la recompensa que esperaba.
Ya no lucha tanto, no se esfuerza tanto. Ganar o perder ya no le impresiona, no quiere competir, se vuelve más tolerante. En este nivel, se centra más en sí mismo, sabe que el miedo está allí latente. Cuando medita, el miedo disminuye, cuando se enfrenta al mundo, lo recobra. Va bajando la actividad exterior y en reemplazo, va buscando a Dios, dentro. Es un ser más claro, tiene más calma interior y sigue considerando el mal como algo caótico y no desea que aparezca en su vida. El hombre piensa que nadie da nada sin recibir algo a cambio. O, piensa, que debe obrar con el dicho: "Ayúdate, que yo te ayudaré". Su gran reflexión sigue siendo: ¿Cómo vivir bien, y al mismo tiempo, crecer espiritualmente?
Aún no sabe que su cerebro no desarrolla cierta actividad en medio de la gran comodidad.

4 CUARTO NIVEL
Es el nacimiento del que ha adquirido conocimiento "espiritual". Ha investigado, y esto le permite ser mucho más tolerante, más comprensivo, más misericordioso y por esta misma razón, la lógica cede ante la comprensión. Con las instrucciones recibidas, pone atención, no sólo a los hechos cotidianos, sino a lo que está detrás de ellos. Lo que percibe con los cinco sentidos ya no le da respuestas claras y pone entonces más atención al fondo que a la forma.
Aplica más la intuición que el juicio y la crítica, y por lo tanto, acepta más las supuestas fallas de los demás. Se sigue percibiendo que todo lo bueno que tiene, es porque se lo ha ganado en otras vidas y cree que el mal, también se lo ha ganado. Cree conocerse y habla de ello. Aquí, el ego surge a otro nivel, el del conocimiento "espiritual", ya que en gran parte, la vida exterior ha sido reemplazada por las ansias del conocimiento hacia lo desconocido. Se despierta el deseo de comunicar y expresar todo lo que ha aprendido y quiere transmitirlo a los demás. Lo racional pierde peso. Se percibe la entrada a una nueva etapa de paz y calma, pues el manejo del conocimiento le proporciona estos estados. Sus diálogos se basan en :
"Todo está en orden"
"Hay una mano sabia que guía la vida".
"Dentro del desorden hay un orden".
"Nada sucede sin una razón universal".
El cerebro ya repite estos diálogos constantemente y empieza a verificar coincidencias de cómo Dios o el Padre, contesta a su llamado. Se está atento a las conexiones externas y se entusiasma por ver que funcionan en una gran sincronía. Después de pasados los hechos, los comprende. La vida se vuelve mucho más sencilla. Habla de este despertar como su gran meta, su gran logro. Cada vez, se identifica más con este modo de vida. Hace cambios reales en el externo y en su propia vida. El desapego se maneja mucho más a nivel emocional que de pertenencias.
Aún sigue con el apoyo familiar, paternal, económico; y es que aún, es necesario este tipo de apoyo para caminar con más seguridad, Y con sus conocimientos espirituales, va acercándose a nuevos seres, formando una familia espiritual, que esté en la búsqueda que él está. Se comparten las vivencias, pero aún con muchas dudas, de hasta dónde puede llegar sin que su vida sea desacomodada. El comportamiento ya no se ve culturalmente muy aceptado y comienza la escalada del rechazo y la crítica del mundo externo. Comienza a trabajar internamente con más frecuencia el proceso dual, sabe que debe trascenderlo y trabaja con ello, quiere escapar de la dualidad. Cree que el nivel que ha alcanzado le permite escapar del dolor, del mal.
Siempre asegura que ya no le va a pasar nada malo, que los problemas han quedado atrás, y que si llegare alguno, no lo haría sufrir.

5 QUINTO NIVEL
Sale de la actividad mental y ya sabe que la conciencia es su refugio y fortaleza. Es abierto, generoso; habla de frente, es franco. Maneja todas las situaciones con amor. Ha salido de los conceptos religiosos de karma y pecado. Su cerebro le da órdenes, haciéndole saber de procesos evolutivos y no de filosofías. Acepta la responsabilidad de lo que le toca vivir, lo vive con amor y con respeto. Sabe que si vive, lo que vive es porque ese es el nivel que tiene que experimentar. No lo rechaza, no lo cuestiona, se vuelve responsable de su propia evolución. Trabaja sobre sus propias imperfecciones. Siente gran plenitud por el trabajo que hace. Necesita mucho más reposo, más silencio. Vienen destellos de inspiración de una vida más profunda. Desea adquirir más conocimiento de ese mundo interno, se vuelve un científico de su propia vida. Se habla del maestro interior, se confía en El. Ya se han dejado casi en tu totalidad, los compromisos con el externo. Se maneja la vida más desde adentro.
Se ve la diferencia entre lo que se era antes y lo que se es ahora. La vida espiritual adquiere sentido universal. Ya no está apegado al pasado o a modelos culturales. Tiene deseos profundos de fundirse con su Maestro Interior. No le teme a la incertidumbre de la vida. No se ocupa de resultados. Vive con amor profundo hacia los demás. Tiene una vida plena y placentera porque cree que descubrió la magia de vivir muy bien y estar adentro, vive momentos de éxtasis. Se tiene la sensación de hacer cosas grandes con él mismo, y de hecho se hacen, y también con los demás. Hay un alto grado de realización espiritual. Hay un liderazgo innato que trae acción y ayuda para quien la necesite. La vida se vuelve más un modelo cuántico que mental, el reto que se le presenta es ser UNO con el Maestro Interior.
Ya se sabe en este nivel, que la evolución es la que marca la vida y no un Dios, ni bueno ni malo. Y que para llegar al nivel último del ciclo en la tierra, hay que morir y volver a nacer.
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